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Esto va de... Julio César Cano

En esta entrega vamos a conocer un poco más a un hombre cuyo nombre es sinónimo de éxito, sinónimo de buen gusto literario, sinónimo de género negro. Alguien que ha ganado casi todo durante el pasado 2017. Nos referimos al padre literario del inspector Monfort.

Esto va de… Julio César Cano.


Hola, Julio, es un placer tenerte aquí y así poder conocerte algo más.

Gracias. Es un placer para mí también.


Antes que nada, me gustaría que te definieses a ti mismo con una sola palabra.

Esto no me lo habían preguntado nunca. Diré una con la que me gustaría que se identificara mi trabajo y mi vida: Apasionado.


¿Lector o escritor, o quizás lector-escritor?

Siempre lector y por eso, escritor. Leer es lo más importante. Sin lectores nada tendría sentido. Leer para aprender, para experimentar sensaciones y sentimientos. Leer para disfrutar y poder viajar sin moverse del sillón de lectura.

Escritor como vocación después de haber leído.


Comencemos un poco por el principio para poder conocerte mejor. ¿Negocio familiar hasta que la música llamó a tu puerta o el gusanillo musical ya estaba ahí?

Sí, estuvo ahí desde que tengo uso de razón, y más que un gusanillo era una monstruo bueno que me devoraba por dentro para sacar a ese músico ilusionado que pretendí ser desde niño.

Pero es cierto que un día la música llamó a mi puerta y me llevó lejos de casa y de los míos y, a través de la música, descubrí un mundo que ni siquiera imaginaba que estuviera ahí.


¿Qué recuerdas de esa etapa? ¿Hay algo que encuentras a faltar? Tal vez la vida rápida o la camaradería que se forma.

Los amigos, sí, la camaradería como bien dices. Quizá sea eso lo que más se deba echar de menos de esa época. Pero yo no recuerdo aquellos días con nostalgia; forma parte de mí, los recuerdos son estupendos y nunca comportan tristeza por que pertenezcan al pasado. Sin duda fue una parte importantísima de mi vida. Trabajé en la grabación de una veintena de discos y tuve la suerte de visitar lugares muy especiales en las giras de los grupos. Conocí gente estupenda, amigos que son parte de la historia de mi vida y con los que todavía mantengo el contacto. Y eso es siempre motivo de alegría.





¿Durante esa época ya empezaste a escribir, o es algo que viene de antes?

De niño leía todos los tebeos que caían en mis manos. Años más tarde Julio Verne me volvió majareta. En el colegio escribía redacciones, me gustaba mucho hacerlo, siempre estaba dispuesto y se me daba bien.

En mi etapa musical escribí letras para canciones. Letras que quedarán para siempre y que hoy en día todavía escucho en la radio.



Cocina, carretera y manta, La cocina charnega, El gran libro de las tapas y así hasta ocho libros sobre gastronomía, cuéntanos algo de esa época.

Cuando en el año 1996 decidí dejar los escenarios pensé que escribir sobre lo que había vivido sería un buen ejercicio para recordar aquellos días. Escribí acerca de los lugares visitados a través de la gastronomía popular de cada rincón de nuestro país. Así nació Cocina, carretera y manta, un libro en el que se aúnan mis grandes pasiones: la música, los viajes y la gastronomía. Nació con la intención de que el lector pudiera conocer los lugares mencionados y también probar su gastronomía. No se trata de un recetario al uso, es un libro cuajado de anécdotas musicales, viajeras y del buen comer.

José Antonio Labordeta tuvo la generosidad de leer el manuscrito antes que nadie y escribir un magnífico prólogo para este libro que se público en San Sebastián en el año 2001.


En el 2008 llega Musgo y resina, el cambio hacia la novela ¿una necesidad o la evolución natural?

Musgo y resina es un libro a caballo entre la literatura de viajes y la narrativa de ficción. Constituye un texto en el que dos jóvenes se inician en la vida y en el amor. Es un libro con gran sentido positivo en el que el viaje es un medio, pero también el paradigma vital.

Recuerdo que tomé la decisión de escribirlo en el transcurso de la presentación en Barcelona del libro La Cocina Charnega, en la que Carmen Casas, periodista de La Vanguardia, me aconsejó que dejara de esconderme detrás de la gastronomía literaria para dar de una vez el salto a la narrativa de ficción. Y eso hice.


Podrías explicar cuándo y dónde nace el inspector Monfort.

El rasgo que seguramente me define mejor como escritor, es el empeño por narrar historias ficticias en ambientes reconocibles. Había ambientado otros textos en Alemania, Holanda, Inglaterra o el norte de Navarra y el Pirineo. Creí que había llegado el momento de escribir sobre el lugar en el que vivo, mostrar al resto del país una visión particular de esta tierra. Y así nació el inspector Monfort. Y lo hice a través de la novela negra, que es un género que me apasiona como lector. Cree al inspector como un transmisor de lo que sus ojos ven en esta provincia que tanto tiene que ofrecer al viajero. Se podría decir que utilicé al personaje con la ambiciosa idea de que los lectores de España volvieran la vista hacia aquí.

Aunque para ello tenga que idear sucesos truculentos que él mismo deberá resolver.


¿Cómo es la convivencia con un personaje así?

Nos llevamos bien y nos respetamos mutuamente. Él es un tipo singular y carismático. No pasa desapercibido en ningún momento. Nos compenetramos porque tenemos algunos (solo algunos) gustos parecidos: la música y la gastronomía, por ejemplo. He aprendido mucho gracias a él, y por eso siempre le estaré agradecido.


La documentación para este tipo de novelas debe ser exhaustiva. ¿Tienes un equipo o eres tú en persona quien acude a los lugares a investigar? ¿Cómo te documentas?

El trabajo del que escribe es un acto solitario la mayoría de las veces. Me documento de todas las formas posibles: viajando, leyendo, investigando. Me encargo siempre personalmente de todo este trabajo que, por otra parte, es una buena oportunidad para aprender.


Otro aspecto importante de una novela es su portada. La de los casos del inspector Monfort es espectacular, ¿cómo se cuecen estas cubiertas?

Muchas gracias, me alegro mucho de que te parezcan espectaculares. Desde la editorial trabajan duro para que así sea. Publicar en una editorial como MAEVA me proporciona esto que para mí es tan importante. Supongo que viene también de la época en la que las portadas de los discos eran algo tan cuidado y valorado por el público. Las portadas de los casos del inspector Monfort son algo de lo que me siento especialmente orgulloso. Es una parcela del trabajo de la que se encarga el equipo de diseño de la editorial, y siempre tengo que felicitarlos por ello. Me siento especialmente orgulloso de las portadas, tan significativas de esta provincia, cuando veo los libros en cualquier punto del país.


Tres casos de Monfort en apenas tres años, ¿es probable una nueva novela en este 2018?

En estos momentos estoy terminando el que será el cuarto caso del inspector Monfort. Espero que esté en las librerías a partir de otoño. Me gustaría contar mucho más, pero…


Para terminar, ¿podrías dar algún consejo a los escritores nóveles que comienzan en este mundillo?

Que lean, ese es el mejor consejo que puedo dar. Leer, empaparse de lo que otros escriben, aprender de los libros. Y escribir desde el corazón, sin pensar en nada más.


Muchas gracias por tu tiempo y tus palabras, esperamos pronto otra nueva aventura de este peculiar inspector.

Gracias a vosotros por difundir mis trabajos y el cariño mostrado en todo momento. Es un enorme placer. Le daré recuerdos de vuestra parte a Monfort.


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